PROYECTO: ALFRED GARCÍA GOTÓS. COLABORADORES ESTUDIO: SANDRA GUERRERO, INTERIORISTA. ÀNGELA ESCOLÀ, ARQUITECTA.
Una clara disposición racionalista y espacios envolventes definen este proyecto de reforma de un apartamento en Lleida. Desde el estudio Alfred García Gotós se busca generar calidad ambiental y confort para los habitantes de este refugio en la ciudad.
FOTOGRAFÍAS: FERNANDO ALDA.
El apartamento se encuentra situado en el centro de Lleida, en un edificio de los años sesenta, con una estructura acorde a la época en que se construyó. Con la reforma se permite dar una respuesta más contemporánea a las nuevas formas de vivir los espacios.
Compositivamente, la configuración espacial de la vivienda se define de forma natural y sencilla dando lugar a una geometría racional que dota de gran transversalidad a los espacios. El apartamento se compone por la zona de día con un espacio de cocina abierto al salón, y la zona de noche con una habitación doble con baño modo suite, otra habitación individual y un baño común.
Uno de los retos a los que se enfrenta el proyecto derivado a su preexistencia es el de construir una vivienda ordenada con el máximo de entrada de luz natural posible. Por esta razón todas las piezas tienen contacto con la luz natural, incluso las interiores, mediante la composición de algún cerramiento con una franja de vidrio que permite que esto sea posible.
Otra de las decisiones fue la de crear un filtro de privacidad entre las distintas piezas de la zona de noche y la zona de día, esta independencia se ve marcada por la disposición de las circulaciones y el esquema general de la vivienda.
El espacio de día configurado por la cocina, comedor y salón, se adapta a la morfología preexistente del edificio generando un espacio abierto, pero a su vez definido por diferentes usos. En el comedor se integra un banco fijo y se coloca una mesa circular que dota de amabilidad a su acceso. La cocina se diseña hasta el último detalle aprovechando cada uno de sus armarios para integrar electrodomésticos y zonas de almacenaje y una isla de gran practicidad. El espacio de descanso en el salón se ubica en contacto con el exterior y con vistas al conjunto monumental de la Seu Vella, uno de los más importantes atractivos de la ciudad.
Para definir la atmósfera interior se busca alcanzar el bienestar mediante los materiales, espacios, luz y proporción. Para lograrlo, se parte de una homogeneidad matérica con tres únicos materiales que aportan un entorno cálido y atemporal y dotan de continuidad y transversalidad al espacio.
Una piel de roble viste los pavimentos y revestimientos verticales, jugando con la luz y los llenos y vacíos que van apareciendo. La madera ayuda a crear diferentes texturas y caracteres cambiantes. Gracias a esto los espacios se dotan de calidez, serenidad visual y confort espacial. El cristal fumé laminado y el espejo se utiliza para las divisiones interiores translúcidas buscando un equilibrio cromático y sensitivo. Y el porcelánico, con una gran presencia, que se utiliza para resolver infinidad de soluciones en pavimentos, paramentos, techos y revestimientos de baños y cocinas.
La apariencia del apartamento se ve reforzada por una ejecución minimalista de los detalles e instalaciones, los elementos necesarios para la climatización y el confort de los usuarios se encuentran integrados en los falsos techos con sencillos mecanismos que no tienen un gran impacto visual. Los elementos de calefacción también se encuentran integrados con religas de madera que consiguen que estos pasen desapercibidos.